Indonesia: mujeres cristianas forzadas a usar hiyads sino no pueden trabajar ni ir a la escuela
Veinticuatro de 34 provincias en la Indonesia de mayoría musulmana, imponen un represivo código de vestimenta para mujeres y niñas, incluyendo cristianas. Quienes no cumplan enfrentan consecuencias y acoso, según denuncia un grupo de derechos humanos.
“Cerca de 150.000 escuelas en Indonesia, en las 24 provincias de mayoría musulmana, impuso recientemente el uso de hiyads, basado en las regulaciones locales y nacionales. En algunas áreas conservadoras Musulmanas, como Aceh y Sumatra Oeste, aún las jóvenes no Musulmanas deben usar la hiyad”, reporta el Grupo Human Rights Watch.
Millones de mujeres y niñas en el archipiélago del sudeste de Asia tienen que usar hiyads, la prenda femenina que cubre la cabeza, cuello y pecho. Las hiyads se usan con largas faldas y blusas de mangas largas.
“Los oficiales que imponen la hiyad, alegan que es obligatorio para la mujer musulmana cubrirse partes íntimas del cuerpo; que incluyen el cabello, los brazos y piernas, y también la figura del cuerpo”, dice el reporte.
HRW entrevistó a más de 100 mujeres que han experimentado abuso, a veces con consecuencias a largo plazo, por rehusarse a usar la hiyad. El código de vestimenta, inspirado en la ley Sharia, ha impactado no sólo en las niñas, sino también en las maestras, doctoras y otras profesionales.
Dos de las mujeres entrevistadas dijeron que recibieron amenazas en sus redes sociales.
“Desde cuarto grado, mí madrastra me obligó a usar la hiyad”, dijo Sheilana Nugraha, de 25 años y graduada de la Universidad Gadjah Mada.
Ella dijo que entró al colegio en 2012 y se le requirió usar la prenda. En 2013, quedó gravemente herida por un accidente en motocicleta y fue a vivir con su madre biológica, que es Cristiana.
“Mí madre biológica es cristiana. Mí padre es musulmán”, dijo ella. “Me quite mí hiyad, comenzé a usar mangas cortas, aunque aún asistía a clases de musulmán. Era la única en mí clase que no usaba hiyad. Había pocas estudiantes cristianas, menos de 10 y ninguna usaba la prenda”.
“Una vez (en primer año de secundaria en 2012), fui abordada por una profesora de historia, una mujer que usaba la túnica, y que también era mí vecina. Ella me dijo que no llegaría a nada sin la hiyad y que iría al infierno. Lloré y me sentí humillada, ésto lo vieron los estudiantes pues fue enfrente de toda la clase. Estaba avergonzada. Lloraba y estaba deprimida”.
Nugraha dijo que por cuatro días seguidos en 2012, sufrió el acoso de tres profesoras y un profesor Musulmanes.
“El profesor no me hizo llorar pero era sarcástico. La profesora de matemáticas también era mí supervisora. Mis notas se vieron afectadas y todo me llevó a un estrés sicológico”, recordó. “El director no hizo nada para protegerme”.
HRW urge al Ministerio del Interior, que vigila a los gobiernos locales, a invalidar los códigos de vestimenta en más de 60 localidades a nivel nacional. Mientras que en Indonesia, el gobierno central no tiene autoridad para regular las leyes locales, el Ministerio de Asuntos Internos puede anular las órdenes ejecutivas que contradicen leyes nacionales y a la Constitución de Indonesia.
“El Presidente Joko Widodo debe intervenir inmediatamente en los decretos discriminatorios y abusivos contra los derechos humanos de las mujeres y niñas”, dijo Elaine Pearson, directora de Acting Asia. “Estos decretos solo producen daño y en la práctica solo pueden ser anulados por la acción del gobierno central”.
La Constitución de Indonesia está basada en la doctrina de Pancasila -cinco principios que establecen que la nación cree en un solo Dios, en la justicia social, en la humanidad, unidad y democracia para todos.
Pero muchos extremistas Islámicos en Indonesia se oponen a los principios Pancasila y tienen como blanco a las minorías cristianas.
Las iglesias, a menudo, enfrentan oposición de grupos que no quieren construcción de edificios religiosos no Musulmanes. HRW denunció que más de 1000 iglesias debieron cerrar debido a la presión de los grupos extremistas.
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